domingo, octubre 02, 2011

A Pablo


Invítame a bailar, Pablo, que he olvidado como hacerlo,
y no se trata de mover los pies, 
o de las sensaciones del cuerpo,
se trata de compartir el tiempo.

Pablo, que me tienes empolvada,
olvidada en el fondo de tu closet,
¿Por qué no me sacas Pablo?
¿No crees que soy linda, para que me vean contigo?

Incluso, puedo gustarle a tus amigos.

Invítame un café Pablo,
para que fumes acompañado,
que el Diablo tiene un infierno reservado,
para los que fuman solos,
mejor hazlo a mi lado.

Platica conmigo, Pablo, 
siempre estás distante
dices "Yo si quiero verte, Mujer"
y desapareces en el aire.

Te has negado tantas veces,
al lujo de mi presencia,
que mas te vale, muchacho,
que hagas que valga la pena.

Vamos a bailar, Pablo,
por que he olvidado como se hace,
¿O me tienes miedo, Pamolita
de que te caze y te destaze?

Mis encantos asesinos, ya los conoces,
saliste vivo, si mal no recuerdo,
entonces Pablo, note hagas del delito,
que sentimientos de amor no tenemos.

Vamos a vernos, Pablo,
para que me digas lo que quiero escuchar,
y no solo lea, lo que me quieres decir.
Por que de todas las personas en el universo,
tu siempre pronuncias lo que quiero oír.


"Tranquilizate, Melina, no pasa nada" Dice el mundo
"Ellos no están en tu lugar" Dices Tú,
"Pero, eres muy bonita" Dice el mundo
"Oh Vamos Mujer, tu no quieres halagos, tu quieres acciones" Dices Tu
"Melina, quiero verte" Dice el mundo
"Melina, te extraño" Dices tu.

Y para mi es suficiente, saber que m e recuerdas,
y que de vez en cuando me mencionas,
y que cuando me presentas a tus amigos y dices "Ella es Melina"
Ellos arrojen miradas de cómplice,
y me dejen saber, que ya saben quien soy yo.

En el fondo, muy hondo,
me gusta atormentar a tu novia intermitente,
mil veces mas linda, el doble de paciente que yo,
que me considera competencia,
como si lo nuestro hubiera sido amor.

Amor propiamente bien dicho,
en mayúsculas, las cuatro letras.

Pero Pablo, tenemos un don,
para ser chocarreros, esconder las llaves, y tocar las puertas.

Y todo lo que te he dicho en poesía,
pudo haber sonado mejor en prosa
y de mi boca.

Pero Pablo, tienes miedo, de caer profundamente enamorado
que por eso todo este tiempo me has evitado.

Y no es que seas predecible, Hombre Pequeño, es que te conozco tan bien,
que se que el trabajo que tienes es inventado,
mientras tomas el valor de verme si caer.

Bésame, Bésame

"Bésame, bésame" Te dije,
en algún lugar del barrio antiguo,
no hacía calor ni hacía frío,
y en mis labios estaba mi ruego,
"Bésame, lento, te lo pido"

"Luego, mujer, luego" Dijiste,
tomaste mi mano y caminaste,
seguí tu paso, firme y decidida,
no te iba a dejar largarte

Comenzó el sol a caer, no había lluvia,
el estómago me dolía como quien espera una tragedia,
y yo sabía, que de nuevo, yo era "ninguna".

Y en mis pesares busqué tus ojos,
oscuros, muchacho, como tu conciencia,
y liberados, hombre, como tu persona.

Y tu eres mi grillete, me aprisionas.

"Bésame, bésame" te dije
y me escondiste debajo de un puente,
te pusiste de pie, en frente,
sostuviste con tu mano, mi barbilla,
me dijiste que solo era una niña.
Y yo lloré y lloré.

Me abrazaste y me viste,
como un niño observa el jarrón roto,
y con el agua salada enmarcando mi boca,
besaste, tiernamente mis labios.

Y terminaste de matarme.

Me dijiste "Ahi está tu beso, mujer obstinada,
se vienen noches de mojar tu almohada"
Y yo te dije que no me importaba.

Pero importó.