sábado, septiembre 23, 2006

..::Alicia (la del Paìs de las Maravillas) y El Principito::..


Introducción
El hecho fue que "El Principito" desapareció aquella noche en el desierto ¿Verdad? Lo que nadie sabe es que una semana después, el chico volvió y se encontró de nuevo con su amigo piloto, pues el chico se había enamorado de nuestro mundo, así pues extinguió los dos volcanes que aún estaban activos, y le avisó a su flor que se marcharía.
Mientras tanto, en el País de las Maravillas una niña sufría el trauma de su vida, al no poder atrapar a un conejo, hablar con un gato sonriente y ser amenazada de muerte por la reina de corazones. Al escapar de ahí decidió cambiar por completo y sin pensarlo tomó un tinte de cabello color negro de su nana y se lo puso sin saber cómo, y así mató dos pájaros de un tiro, cambiaba su imagen y se diferenciaba se su hermana gemela, quien era rubia, sumisa y tranquila, a diferencia de Alice, quien se había convertido en una morenaza, rebelde e intempestiva y a pesar de ello, Phoebie, su gemela, era la hermana malvada. Tomando en cuenta que estos chicos tenían un aproximado de diez años y han pasado 11 desde entonces nos dan un total de 21, los niños son ahora jóvenes de universidad que por cosa del destino, se encuentran en este mundo.

***I***

El chico rubio caminaba por la facultad, después de tanto tiempo se había convertido en alguien dentro de los parámetros de lo "normal", había olvidado su levita y la había sustituido por unos pantalones Levi´s y una playera Op, también había olvidado por completo de donde venía o que había hecho antes de mudarse con su amigo el aviador, bueno, en realidad fingía muy bien ello. Por los pasillos se topaba con la bella chica de largo cabello negro azulado a la que le apodaban "Alice la loca" a la que siempre miraba pero se encontraba incapaz de hablarle siquiera para preguntar su nombre. Esta no es nadie mas que nuestra Alice, la del País de las Maravillas. Ella sufrió una calamidad del destino, pues al contarle a la frívola de su hermana de la existencia de "ese país", no escatimó en la humillación pública y soltó la sopa, por ello le apodan "Alice la loca" Ella también miraba al chico y le sonreía seguido, sin embargo nunca se hablaban.
El chico un día iba muy distraído y sin querer chocó con Alice, y derribó todos sus libros, como todo un caballero le ayudó a recogerlos. Ahí ambos aprovecharon para conocerse.
-Hola, me llamo Prince. -Mucho gusto - dijo Alice en un susurro- Yo soy Alice. -Si - dijo el Principito- ya lo sabía. -Claro - respondió Alice - ¿Quien no conoce a Alice la loca? -Yo no - dijo audazmente el Principito- ¿Crees que le gustaría comer conmigo para poder conocerla? Alice se sonrojó, pues nadie la había invitado a ningún lugar nunca. -Claro - respondió Alice. -¿Entonces a las tres afuera de la escuela? -Si - dijo Alice con un susurro, -Bueno, entonces es una cita- dijo el apuesto chico rubio. Lo peor había pasado, Alice entendió que no todas las personas deben tratarla mal y Prince conoció los manjares del ego.

***II***

Las horas pasaban tan lentamente como los años en Plutón, sin embargo la espera valdría la pena. Alice por lo regular siempre estaba en otros mundos, pero esta vez se veía mas perdida de lo normal, así que Phoebie, su hermana gemela malvada, le preguntó que había pasado... Alice no le respondió. Por instantes una discusión estuvo a punto de empezar, pero llegó el profesor de artes, así que la pelea pasaría a otro plano. Por suerte para Alice, artes era la última clase y esos fueron los 50 minutos mas largos de su vida, hasta que por fin sonó la campana, Alice huyó al baño para delinearse los ojos, maquillar su rostro y dar brillo a sus labios. Tras ella entró su hermana. -¿Qué te pasa loca? Andas mas rara que de costumbre. -No te importa ¿O sí? -Tal vez no... Pero dime, total una cosa mas que distribuir acerca de tí aumentará mi popularidad... Hubo un silencio incómodo. -Tendré una cita - dijo Alice. -¡Tienes que estar bromeando! - dijo Phoebie en una carcajada. -No, pero no necesito que me creas...
Era cierto.
-Y ¿Quién es esta vez? ¿Un perro? ¿Un pez? ¿O quizás sea aquel mismo conejo blanco? -Nada de eso- dijo Alice con una serenidad muy grande- Se llama Prince. -¿Prince? - Dijo Phoebie recordando algo - ¡OH! ¡Prince! - volvió a reír. -¿Que resulta tan gracioso? -Bueno la cosa aquí es que...- decía Phoebie aguantándose la risa- ambos están locos... Eso ya era demasiado, Alice salió del baño llevándose de encuentro a su hermana... Nada de lo que ella dijera arruinaría su cita... Sin embargo ¿Por que habría dicho Phoebie aquello? Era su primera cita desde que entró a la universidad, no era una broma y el chico parecía de verdad estar interesado.
Al sonar la campana, Prince llamó a casa del piloto para avisar que llegaría tarde y preguntar a dónde sería bueno llevarla a comer, el piloto sólo le aconsejó preguntarle que deseaba comer. Simple y lógico ¿No? Prince se encontraba nervioso, él no entendía por qué, después de todo, era sólo una chica. En el camino hacia afuera se topó con Charlie, uno de sus compañeros de clase.
-¿A dónde vas tan rápido, Prince? -Tengo una cita... -¿En serio? ¡Que bueno! ¿Con quién? -Con Alice... -¿La porrista? -No... -¿La del club de física? -No... -Tienes que estar jugando, pues la única que queda es Alice la... -¿loca? -¡NO!- Dijo Charlie con una voz burlona- ¿Con Alice la loca? -Si... Con tu permiso... -¡Suerte! Creo que la necesitarás.
Salió rápidamente pues eran las 2:45 y no sería gentil que ella llegase a esperarlo, pero al salir se dio cuenta de que Alice ya estaba ahí. -¿Llego tarde?- preguntó Prince. -No -respondió Alice- Es sólo que no creí que fuese cortés dejarte esperando.
Alice le sonrió y Prince quedó completamente idiotizado por ella.
-¿Quieres comer algo en especial? -Lo que tu quieras, tu debes de decidir. -Pero tu eres mi invitada, Alice.
Ella se sonrojó, pues se dio cuenta de que por fin a alguien parece importarle lo que ella opina. Él se emocionó al ver que Alice se estaba viendo cautivada.
-¿Tal vez comida china? -Bien -respondió Prince- Comida china será.
Alice estaba sentada, Prince, sin evitar un gesto de galantería, le extendió su mano para ayudarle a levantarse, cuando Alice estuvo de pie, él cargó sus libros. A tres cuadras había un restaurante de comida china, que era hacia dónde se dirigían. Caminaron hasta allí con una tremenda lentitud, sin embargo el momento no era tedioso, mas bien, era lindo. Sin embargo entre Phoebie y Charlie... Todo se había vuelto complicado.

***III***

Una vez que llegaron al restaurante tomaron asiento, llegó una mesera pidiendo la orden.
-Pues, yo no sé de comida china -dijo Prince- ¿Que nos recomendarías?
La mesera estaba a punto de hablar cuando se vio interrumpida por Alice.
-Creo que lo mejor sería que pidiéramos un Show main y para empezar media orden de Tepanyaki, por favor. -En seguida- contestó la mesera.
Prince la observaba asombrado.
-¡Vaya! Si que sabes de comida oriental... -Es mi favorita... -En lo personal prefiero la italiana...
Hablar de comida no estaba muy dentro de las expectativas respecto a esa cita, así que guardaron por instantes silencio y poco tiempo después Alice le dijo:
-Mi hermana me dijo que también estabas loco... -¿Tu hermana? ¿Quien es tu hermana? -Phoebie, no sé si la conozcas aún que la verdad la mitad de las cosas las dice sólo para molestarme... -¿Phoebie? ¿Phoebie la chica rubia? -Si, ella... -No puedo creer que todavía lo recuerde -dijo Prince -¿Acordarse de qué? -De nada en especial... Cosa de niños... -Está bien -respondió Alice- ¿Sabes? Siempre me dio curiosidad saber de dónde eras, pues tienes un aspecto como que extranjero... -¿Sí? -dijo Prince nervioso y respondió todo lo contrario a la realidad- bueno pues, soy inmigrante de los países bajos... -¿En serio? ¡Qué interesante!
La comida llegó y comenzaron a comer. Charlaron un poco y al terminar, Prince acompañó a Alice a su casa.

***IV***

El tiempo fue pasando y ambos se fueron conociendo mejor, poco a poco la relación fue mejorando y con el pasar de los meses tomaron la decisión de ser novios. Una pareja de verdad era algo realmente importante en sus vidas. Salían muy seguido, casi a diario, iban juntos a las fiestas a las que invitaban a Prince, y él visitaba seguido los grupos culturales a los que Alice se había unido. Una noche, después de una ceremonia de premiación en un concurso de fotografía, el celular de Prince sonó, era Charlie quien lo estaba invitando a una fiesta, le dijo a Alice y ambos accedieron a ir, terminado una vez el evento. Camino a la fiesta tuvieron una conversación algo incómoda.
-¿Cuánto tiempo llevamos estando juntos, Alice? -Casi un año y medio... -¿Te das cuenta de qué aún no hemos tenido sexo? -Sí... Me doy cuenta... ¿Te molesta? -No, para nada, es sólo un comentario...
Mentira, a Prince le molestaba y Alice lo sabía. Sin embargo, ella no tenía entre sus planes llegar virgen al matrimonio, así que ¿Qué demonios? Ambos eran pareja, ambos eran adultos, ambos sabían lo que querían. Habían pasado el tiempo suficiente juntos, cómo para conocerse bien, para saber que les gusta y que no, a que son alérgicos o qué podría lastimarlos de una manera irreparable. Pero a pesar de todo, ellos no sabían esos especiales capítulos en su vida. Alice no sabía la historia del asteroide y el desierto y Prince, no tenía idea de la existencia del País de las Maravillas, aún que en realidad parecía no importar mucho. Y en un impulso de histeria y hormonas, Alice decidió que esa noche, sería "la noche". Llegaron a la fiesta y sin pensarlo dos veces, comenzaron a beber, Prince sabía que manejaría, pero no le tomaron mucha importancia. De pronto comenzaron las insinuaciones.
-¿Sabes Alice? Eres muy bonita y tienes una figura muy bella, la verdad noto que tienes una muy bien formada espalda. -¿Una bien formada espalda? -repitió Alice- Creo que eso no es muy romántico cariño... -No, pero estoy ebrio y no pretendo decirte mentiras, eso es lo que creo... -Bien pues, ¿gracias? -De nada -respondió Prince alzando su botella.
Después de otras cuantas cervezas y más confesiones, subieron al cuarto del anfitrión. -¿Hay alguna manera de hacer las cosas mas sucias de una manera elegante? -preguntó sarcásticamente nuestro Principito. -Si la llegase a haber querido -respondió Alice- dudo mucho que así sea como yo quisiera hacerlas... Pues las cosas sucias -dijo ella mientras lo empujaba hacia la cama- sucias se quedan... -terminó besándolo salvajemente y mordiendo su labio inferior, mientras se iban recostando.
Disney nunca hubiese podido recrear esto.
Y esa noche, Alice, la del País de las Maravillas, y nuestro Principito, tuvieron sexo. Una sesión intensa se buen sexo. -Tenía razón, tienes una muy bella espalda...
Y con respecto a ello, en esos momentos Alice no podía decir nada mas. Como era de esperarse, después de tanto alcohol en las venas, tarde o temprano el vigor terminaría...Y terminó justo en la boca de Alice... Asqueroso, pero con toda la cerveza que había bebido en esa noche, ni se distinguió el sabor, si es que lo tiene. Alice se fue a escupir mientras Prince encendía dos cigarrillos y una vez que hubo llegado se tiraron en la cama a fumar y conversar.
-¿Sabes? Hay algo que no sabes de mí...-dijo Alice. -¿Y que es nena? -El motivo de por qué me apodan "Alice la loca" -Supongo que debe ser alguna cosa de niños ¿no? -Pues, te diré que me pasó de niña, sin embargo si fue muy largo... -Pues bien Alice... Soy todo oídos... -¿Prometes no burlarte? -Sí... -¿Prometes no irte? -¿Crees que me iría? -Pues verás, cuando yo era niña, salí de día de campo una vez con la familia y perseguí a un conejo blanco hasta su madriguera, cuando intenté entrar para atraparlo, caí en un pozo muy profundo que me hizo llegar hacía un lugar que me dijeron era el País de las Maravillas, conocí a unos hermanos medio locos, a un sombrerero que tomaba el té cada diez minutos con su amiga liebre, a la reina de corazones y a un gato que sonreía... Estuve ahí por 5 meses, mis padres me buscaron por cielo, mar y tierra, para cuando me encontraron me metieron a un centro psiquiátrico infantil... Pero me dejaron ir por el hecho de que parecía haber olvidado todo, pero en realidad no he olvidado nada... Prince se quedó completamente atónito ante eso.
-Por favor Prince, no te quedes callado, di algo, lo que sea. -Pues verás Alice, yo también tengo algo que confesarte...
Un viento frío entró por la ventana.
-No creí nunca ser capaz de confesar esto, pero yo no soy de aquí... -Ya me habías dicho que venías de los países bajos... -Verás, yo vengo de un asteroide... Ahí vivía yo sólo, con una flor y tres volcanes, sólo dos de ellos seguían activos, también ahí crecían unos árboles que a estas alturas del partido ya debieron de haberlo consumido todo...
Alice tuvo la misma reacción al principio.
-A ver, a ver... ¿Cómo? -dijo Alice en un suspiro- La verdad pensé que yo estaba loca, pero tu has rebasado mis límites... -Pero no estoy loco nena -dijo Prince casi a modo de súplica- todo eso que te dije es verdad... -No, eso no puede ser -para ese instante ella ya se estaba vistiendo. -¿Que pasa Alice? -Me voy... -No , espera, te llevo a tu casa... -dijo el alargando su brazo para tocar su mano... -¡No me toques! -gritó Alice- Dado el caso de que fuera cierto, ¡No quiero ser la novia de un maldito alien! -Pero Alice... -¡Alice, madres! Me vas a dejar en paz y olvida que estuvimos juntos, pues yo olvidaré esta noche y todo lo anterior a ella...
Vestida ya completamente Alice corrió hacia afuera y se marchó, decidida a encontrar al conejo blanco, atraparlo y quedarse en el país de las maravillas para siempre. Mientras Prince, al salir, sólo se resignó con ver al cielo y darse cuenta de que lo mejor era volver a casa.