miércoles, agosto 09, 2006

..::Helena::..

***Helena***(Quien quiera que seas)
*I*
Respiro tu nombre, letra a letra, Helena.... H-E-L-E-N-A. Entras por mi nariz y llegas a mis pulmones, donde tu recuerdo se activa, memorias no muy gratas, pero a fin de cuentas, de memorias he construido mi vida desde que te marchaste... O desde que te corrí. Me olvido de mi para recordarte.
*II*
Te veo tendenciosa moviendo las caderas desde lejos, tus rosadas mejillas demuestran que tienes calor y tus ojos irradian esa sensualidad de siempre. Esa que te caracterizaba Helena. Te acercas a mi y susurras algo a mi oído, me levanto para seguir tu paso y poder encontrarte dentro de esta multitud, te localizo y grito tu nombre "¡Helena!" pero pareces no escucharme. Te alejas con rapidez, mas no con torpeza, corro, pero entre mas lo hago mas rápido avanzas. Mi cuerpo empuja otros cuerpos para llegar a ti, sin embargo, me detengo, evidentemente te he perdido y cualquier intento de alcanzarte será inútil. ¿Por que lo hiciste Helena? ¿Por que irte?
*III* Despierto mojado en sudor frío, me siento a la orilla de la cama, para no molestar a Danna, mi acompañante de esta madrugada, quien no es la única, pero se ha convertido en mi amante mas frecuente. Tu partida me dejó un vacío, que ni las relaciones casuales me pueden llenar. Me levanto y voy al baño, para lavarme la cara y despertar, mojo mi cara y me veo al espejo, y para mi mal, tu sigues ahí Helena, sigues en mí. Cambio de cuarto para ir con Lucille, mi inseparable Lucille...Ella siempre ha estado conmigo, ella nunca me dejará por otro. La conecto y coloco los audífonos en el amplificador, comienzo a tocarla, sin sentido, solo una caricia para recordarle que soy yo, de pronto, todo se vuelve agitado, mas no agresivo, cierro los ojos de emoción pero lo único que veo, es a tí Helena... Mi dulce Helena. Calmo toda esta rabia contenida después de tocar a Lucille, y me doy cuenta de que soy un malagradecido con ella, pero bueno, eso es lo que se gana, por estar siempre conmigo... Estoy sudando, necesito un poco de aire y tal vez, un cigarrillo.
*IV*
Salgo a la terraza, tu lugar favorito, miro las estrellas y me doy cuenta de que ellas parecen mas accesibles que tu. Saco la cajetilla y con un movimiento ágil, hago salir dos cigarrillos, y me doy cuenta de mi error, me malacostumbraste a tu presencia Helena. Guardo el segundo y el restante lo devoro cual manjar de dioses, guardo un terrible silencio y sin querer, pienso en tí, suspiro por tí. Algo invade mi privacidad, para ser exactos, alguien, es Danna, elegante como siempre, su cabello ya acomodado, un poco de brillo en sus labios y envuelta en mi sábana, como es su costumbre, se acerca con un gesto de interés, ese gesto que nadie mas que ella me da, y que no valoro. -¿Estas bien, Hazel?- pregunta ella. -Si- respondo fríamente.
Ella me brinda su compañía no requerida. Saco otro cigarrillo y se lo ofrezco. -No fumo, gracias- contesta ella- hoy fue nuestra séptima noche y aún no lo entiendes. -Me cuesta trabajo entender como alguien puede vivir sin fumar.
Danna suspira. -¿Como te la pasaste esta noche? -¿Como debí de pasarla? Igual que las seis anteriores. -Pues yo me la pasé bien, como las seis anteriores noches y como se que me pasaré las que lleguen a venir.
Esta chica está obsesionada conmigo, o enamorada, pero me hace sentir extraño y la fulmino con la mirada.
-¿De verdad quieres hablar? Digo, no es necesario, fue solo una noche. -De verdad quiero - dice ella y baja la mirada, me apena haberla incomodado, me acerco y hago que me mire, me congelo, por un momento vi tus ojos, por un momento sentí eso que sentí por tí, pero no puede ser, pues ya no tengo corazón, te lo llevaste con tu adiós. -Nunca te he preguntado nada acerca de tu vida. -Eres un cínico - dice sonriendo. -Algo - guardo silencio pensando en una pregunta- ¿Que edad tienes?
Ella se paraliza, algo anda mal.
-No te interesa... -Claro que me interesa, ¿Y si soy un corruptor de menores? -No te acusaría.
Ella intenta huir hacia adentro.
-¿Que edad?- pregunto sosteniéndola del brazo.
Danna me mira con sus ojos cristalinos, y de nuevo los esconde.
-17...
Me congelo Helena, ella es menor de edad y yo me he acostado con ella durante siete noches... Sin embargo la miro con ternura en un silencio incómodo.
-Pero el próximo mes cumplo los 18 por si te preocupa.
Esta chica tiene un buen sentido del humor.
-¿Quieres algo de beber?- le ofrezco -¿No te importa mi edad? -Escucha nena, aun que me importara ¿Que caso tendría? Ya es muy tarde.
Ella se queda pensativa.
-Un té, si no te molesta.
Bajamos y pareciera que mi casa es suya, pues aún envuelta en la sábana, recorre las escaleras mejor que yo, con esa destreza que antes era sólo tuya. La invito a pasar a la sala, me dirijo a la cocina y pongo a hervir el agua. Un silencio invade nuestra estrenada confianza. Saco tres tazas y de nuevo te haces presente, pero guardo una, pues ya no eres importante.
*V*
Pongo su taza en la mesa, con el azúcar a un lado, yo en cambio me preparé un café bien cargado. Uno, dos, tres... Y la magia se hace, pues unimos miradas.
-¿Quieres escuchar algo?- le pregunto -Encantada - responde ella.
Subimos para presentarle a Lucille, como tu la conociste Helena ¿Recuerdas? Toco un poco de rock alternativo y esa dulce niña me mira atenta. Me aprecia Helena, aprecia lo que hago y a ti nunca te importó, me mira con ternura y tú muy apenas me mirabas... Danna es hermosa y llena, y tu eras hermosa, pero hueca. Dejo de tocar y me mira, me mira y dejo de tocar.
-¿Crees en el destino?- pregunta la niña soñadora. -No, pero podría hacer un intento.
La tomo en brazos y la llevo al cuarto, la recuesto en mi brazo y la duermo acariciando su cabello. Ahora respiro su nombre, letra a letra, Danna... ¡D-A-N-N-A! Gracias por marcharte ¡quien quiera que seas!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que onda lina, woooo, yo que nunca te firmo pasando a plasmar mi insignia electronica, cuidate.

Gecko dijo...

tu estilo es unico, entro en la habitacion y observo cada detalle de ella, veo pasar las figuras delante de mi, mientras soy una sombra deleitandome con tus escritos...